OBESIDAD
Los alimentos y las bebidas proporcionan energía en forma de calorías a nuestro cuerpo. Si ingerimos sistemáticamente más ‘energía’ o calorías de las que nuestro cuerpo gasta, podemos acumular un exceso de grasa corporal. Esto puede dar lugar a la obesidad.
Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. En 2016, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, el 13% eran obesas y había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad. En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal (10).
La obesidad es un problema complejo, pero la causa fundamental del aumento de peso es un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas, según indica la Organización Mundial de la Salud. El aumento de la disponibilidad y el consumo de alimentos ricos en energía y grasas es un factor importante, así como la disminución de la actividad física por la adopción de formas de vida más sedentarias: tipos de trabajo, cambios en los modos de transporte y el incremento de la urbanización (11).
Al igual que las proteínas, el almidón y las grasas, los azúcares son una fuente de calorías en la alimentación. El exceso de calorías de un ingrediente o producto puede provocar sobrepeso.
Ingesta de calorías recomendada
La cantidad de energía que necesitamos (el requerimiento medio de energía en la dieta) puede variar según el sexo, la edad y los diferentes niveles de actividad física, entre otros aspectos. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (11) establecen el porcentaje de la ingesta total de energía que debería proceder de diferentes nutrientes, incluyendo los azúcares y las grasas. Recomienda que adultos y niños reduzcan la ingesta de azúcares libres* a menos del 10 % de la ingesta total de energía. Además, indica que una reducción por debajo del 5 %, el equivalente a unos 25 gramos (6 cucharaditas) al día, produciría beneficios adicionales a la salud (12).
En relación con esto, en octubre de 2020, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición introdujo nuevas recomendaciones sobre azúcares libres** que son las mismas que las de la OMS.(34, 36)
*Los azúcares libres son todos aquellos que el fabricante, el cocinero o el consumidor añade a los alimentos o las bebidas, además de los azúcares que ya están presentes de forma natural en la miel, los siropes, los zumos de frutas y los concentrados de zumos de frutas.
**Los azúcares añadidos se definen en conformidad con el Anexo II del Marco Europeo para Iniciativas Nacionales para Nutrientes Seleccionados de la Comisión Europea como los azúcares que son añadidos al alimento durante su preparación o cocinado así como aquellos presentes de manera natural en la miel, siropes, zumos y concentrados de frutas. Esta definición es equivalente a la de los azúcares añadidos incluida en la Guía de la Organización Mundial de la Salud sobre recomendaciones de ingesta de azúcar para adultos y niños de 2015.
La mejor manera de evitar la obesidad es seguir una dieta equilibrada y mantenerte activo físicamente. Tu médico puede aconsejarte sobre cuál es la mejor alimentación para tus necesidades particulares.